EL FIN DE LA NOVELA. EL APRA POST MECHE
GUSTAVO LINO AGURTO
IMEDIS – Instituto Multidisciplinario de Estudios y Difusión Social
Fueron semanas de intrigas, conflictos, adjetivaciones y demás. Semanas en donde un partido que se hace llamar “del pueblo”, ventila sus desavenencias individuales e intereses particulares - ni siquiera ideológicas o políticas - con una candidata invitada que, puso en jaque no solo al mismo secretario general del partido, Jorge del Castillo, sino también, a gran parte de militantes apristas cuestionados éticamente o con algún proceso judicial comprometedor.
¿Meche no pudo contra el APRA o contra la corrupción? No es extraño hacer un parangón entre el partido mas organizado del Perú y el peor de los males históricos en nuestro país. Mas aun, si recordamos que los primeros escándalos y denuncias por corrupción de nuestra historia contemporánea, se iniciaron con el primer gobierno de Alan García. Casos como la venta de los Mirage, el tren eléctrico, el dólar MUC, entre otros, fueron los síntomas de un partido que empezó a ser observado como una banda de gánsteres; es decir, de un partido que aun no ha podido superar sus viejas mañas y de practicar la política como un mecanismo al servicio de su bolsillo. Lastimosamente, Meche Araoz o cualquier individuo de respetable hoja de vida, no hubiese podido con tremenda institución, y mucho menos con los malos hábitos de nuestra cultura política, en donde sus redes de poder están carcomidas por este mal endémico.
Si bien, el intento del APRA en optar por una independiente, generó una serie de aspavientos, mucho de ellos negativos, fue al parecer una decisión salomónica. Pues buscó oxigenar y refrescar la imagen de un partido que se veía en decadencia. Sobretodo por el desgaste y desprestigio de sus dirigentes a causa de la corrupción (petroaudios, sedapal, es salud, minera monterrico, etc.) y la derrota catastrófica que sufrió en las elecciones municipales y regionales. Sin embargo, existían también ciertos riesgos que tenían que ver con las cualidades del candidato independiente. Por ejemplo, la mayoría de apristas nunca imaginaron la tozudez de Meche Araoz de mantener en raya a los comprometidos con la corrupción. Esta situación llevo a que muchos compañeros se vieran afectados y en consecuencia no apoyaran a su candidata. También nos mostró la debilidad institucional del partido de gobierno con las fisuras y roces entre sus dirigentes y facciones. Algo que a ciencia cierta es un indicador que el caudillismo clientelista en el APRA está dinamitando su democracia partidaria y que podría conllevar a la des-militancia en el futuro.
Después que la plancha presidencial fuera abortada y que su candidata renunciara irrevocablemente, queda claro que el premio consuelo de los dirigentes apristas es postular para las elecciones al parlamento; aunque ya sin bríos y sin el ánimo que caracteriza a la locomotora aprista, cuando de elecciones presidenciales se trata. Sin embargo queda todavía la interrogante que cualquier otro militante aprista se haría ¿Puede existir APRA sin García? No. Parece que con el lio reciente, queda mas claro que el agua. El liderazgo de García es indiscutible y parece no tener sombra por el momento. Además, García fue muy hábil a la hora de abordar las discrepancias al interior de su partido y con ello logró no ser salpicado por el fracaso de la plancha presidencial. También es seguro que García vaya para el 2016. Para ello, debe limpiar el camino y dejarlo libre de zancadillas y compañeros resentidos. Sin competencia al interior del partido y con Jorge del Castillo al margen, es probable que tengamos que ver a García haciendo mítines o quien sabe, sentado nuevamente en sillón presidencial ¿Que debe hacer el APRA para dejar de depender de García? Eso está en manos de sus militantes consecuentes y en los jóvenes, que son la fuerza arrolladora del partido de Haya. Tirada al tacho la doctrina Hayista, no queda mas que trabajar con las bases, con nuevos cuadros comprometidos y reingenierizar la ideología. Ahora, la reconstrucción del partido aprista no pasa solamente por la emergencia agresiva de jóvenes en la arena política, si no también, por modificar esas viejas formas de hacer política y que dan mal ejemplo a la juventud aprista. En definitiva hacer una mirada introspectiva e histórica de la evolución del partido de gobierno y recomponer la escuela aprista bajo los ideales del joven Haya, de la mano con los nuevos desafíos del Perú contemporáneo.
0 comentarios